¡Poderosa magia! Imperioso llamado a las profundidades del corazón. Desde sus primeros acordes estos sonetos de Luis López Álvarez recortan sobre el cielo puro de los lugares de Castilla, sus nombres duros, sus líneas y colores irrefutables. Y de igual substancia y del mismo estilo, cada palabra empleada se discerne como una piedra o una llama, como una materia o una energía. Finalmente aparece el pensamiento, que amparándose de esos elementos, los dispone, los opone, los articula. Un arte sublime, el del tradicional conceptismo español, nos eleva a la meditación áspera, solitaria, irreductiblemente y absolutamente personal, de los juegos del tiempo, de la memoria, del amor y de la muerte. JEAN CASSOU París, 1967
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