El Poeta se acerca al Árbol del Bien y del Mal y escucha la voz de la serpiente que le dice: “Haz un soneto como los hace Dios y serás más que Él! Así fue como el poeta perdió la paz y la alegría que le rodeaban en el Jardín del Edén, y hubo de huir desnudo a ganarse el poema con el sudor de la frente, inspirada y transpirada. El Soneto es el Fruto Prohibido y no siempre se logran tan perfectos –en los tercetos está la penitencia- como estos milagrosos sonetos de Luis López Álvarez, tan castellanos, tan españoles. Al gusto de catadores. Decidirse por uno o por otro no es fácil. No es el atavío, no el primor, no la rima, no el ritmo, no, no… En el Soneto se sabe lo que no es, pero no lo que lo hace mágico… MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS Premio Nóbel de Literatura París, Abril de 1968.  |
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