Valladolid Sr. D. Luis López Álvarez Mi querido amigo: Con verdadera delectación he leído tus poesías. Saturadas están todas ellas de ese algo indefinible e incoercible que es precisamente la poesía, y que de igual modo que agita el alma del que la produce, penetra en el alma de los que la aspiran. Eso es sentir y expresar insuperablemente Dicho esto, ya comprenderás que si no escribo el prólogo que deseas, no es porque no me parezcan dignas de ello, y aún de mucho más, sino porque, después de haber puesto muchos prólogos en mi vida, hace años hice promesa de no escribir ninguno más; y, efectivamente, así se lo vengo manifestando a cuantos desde entonces me lo han pedido, que no han sido pocos. Perdóname, pues, si ahora no quiero hacer excepción; y ya que no el prólogo, recibe la sincerísima enhorabuena (que a mí también me alcanza por lo que haya podido influir en tu vocación), que por esas bellas producciones te envía tu viejo amigo NARCISO ALONSO CORTÉS De la Real Academia Española (Carta que, con la debida autorización de su autor, figuró como proemio a Arribar Sosegado, primer poemario de Luis López Álvarez) |
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